Son un montón de cosas que me vienen a la mente. Desde que comencé con mi negocio vivo con una adrenalina que no tiene fin y tengo la necesidad constante de motivar a toda la gente que tengo en mi equipo.
Cada día es un milagro y un gran desafío a la vez, desafío que nos moviliza a procurar lo que soñamos o nos propusimos. Omnilife fue mi primera vez en
muchas cosas: mi primer pasaporte, mi primera visa, mi primer premio, mi primer hotel 5 estrellas, mi primer auto, mi primer viaje sola por la provincia, desafiando inseguridades.
Yo nunca había salido de la Argentina, más allá de haber visitado alguna ciudad al límite con Chile nunca había salido de mi país y con Omnilife he cumplido mis sueños en este sentido. ¡Estoy calificada para el Viaje Internacional 2013!
El primer viaje que hice con Omnilife fue para conocer las Cataratas del Iguazú, estaba eufórica por haberlas visto. ¡Era algo que esperaba desde muy chica! ¡Tenía mes y medio de estar activa en la empresa cuando califiqué como mayorista Bronce y arranqué la calificación! ¡Lo logré luego de nueve meses!
Luego, cuando escuché a Jorge Vergara decir que no se emocionaba por lo que había pasado, sino por lo que iba a sucederle, me hizo un clic en la cabeza. Necesitaba un objetivo nuevo, quería demostrar a la gente de mi equipo lo posible que es lograrlo. Desde que tengo uso de razón, el único dibujo que hacía era el típico de las palmeras del Caribe, del velerito, la playa, cuando se dio la calificación al Oasis of The Seas, tenía el objetivo de que fuera mi primer viaje. Me lo grabé a fuego, hasta imprimí el póster del viaje y lo pegué junto a mi escritorio para verlo todos los días. Lo miraba y le mandaba toda mi energía y empecé a trabajar y fue increíble porque se fue dando. Tenía tramitado el pasaporte –porque escuchando a Jorge me di cuenta de que todos los deberíamos tener porque no sabemos cuándo se da la oportunidad de viajar– pero me faltaba la Visa para el viaje. Y cuando me entero de que para hacer el trámite había que ir a Buenos Aires y todas las instrucciones de todas las cosas que debería hacer, sentí miedo de que no me la dieran, lo que le pasa a la mayoría. Pero cuando volví de la Escuela de Novatos a la que Jorge me invitó como conferencista en julio, ¡me puse todas las pilas y toda la intención!
Al principio, ya había llenado la solicitud de Visa por Internet y habilitado una cuenta para imprimir el cupón de pago, pero me desanimé y frené el impulso de ir a pagar. Pero con lo de la escuela fue como si me pusieran una inyección de adrenalina y entusiasmo que agradezco infinitamente.
Seguí la calificación y ahora estoy segura que cuando tienes un sueño muy grande, aunque lo dejes de lado, él sigue trabajando por vos. Como de milagro, toda la solicitud que había cargado no se borró y pude imprimir el cupón de pago. En un día hice todo lo necesario para sacar mi Visa aunque estaba reajustada con los tiempos. Me dije que tenía que afrontar el paso sin ningún pero en la mente. Me dieron cita para un sábado y un lunes y me dije, ¡ya está!
Me saqué el pasaje para irme a Buenos Aires y cuando llegué, algo más cambió en mi vida. En lugar de ir a un hotel muy económico, como siempre lo hacía, decidí hacer lo que Jorge Vergara siempre hace por nosotros: me prioricé y con todo gusto me hospedé en un hotel recontra lindo que quedaba a dos cuadras de la embajada de Estados Unidos. ¡Lo disfruté muchísimo porque tenía que quedarme cuatro días!
Aproveché la oportunidad para, en mis tiempos libres, dar entrenamientos a mis nuevos inscritos. Me junté con chicos que habían estado en la Escuela de Novatos que querían verme nuevamente.
Cuando llegué al trámite final, después de tres horas y media de estar formada para entrar en la embajada, el trámite duró dos minutos. Cuando me dijeron: “Visa aprobada”, ¡era la más feliz! Después de todas las prohibiciones que hay para entrar al país, a mí me lo permitieron. Al día siguiente, recibí un correo electrónico donde me avisaban que la Visa estaba en Bariloche, empaqué mis cosas de nuevo y fui por ella. ¡Me la dieron por diez años! ¡Es la primer Visa y pasaporte que tengo, y todo gracias al impulso que me dio Omnilife!
El impulso por conocer lugares y generar resultados me llevó a seguir, a raíz de todo esto mucha gente de mi equipo se está anotando al concurso para ir calificados a Rallydades Guadalajara, tengo reuniones ya en varias ciudades con mis equipos y estamos programando hacer un encuentro mensual de empoderamiento para que la gente comience a confiar en sí. Por esta adrenalina, en una quincena se me disparó el cheque, la gente que viene a mí lo hace con un compromiso mayor.
Otro sueño que he cumplido con Omnilife es tener mi primer auto. Hace dos años me compré un cero kilómetros con mis ganancias, está chiquito pero fue mi primer auto, y de no saber manejar me he ido a viajes de 800 kilómetros a otras ciudades y pueblos donde he encontrado grandes amigos.
Es mágico, cuando haces este negocio te empiezan a pasar grandes cosas. No dejas de agradecer el haberte animado a tomar la oportunidad. Estamos haciendoOmnilife con estas ganas porque hay algo en el corazón que nos impulsa, porque es el camino que estábamos buscando.
Lo que pasa es increíble y la gente lo nota, la salud se contagia. Nosotros tratamos de que la gente tenga esta visión integral del ser humano, que quieran estar plenos. Es un compromiso de todos los días el acercarse a la gente y que se comprometan con uno, pero si uno no se compromete consigo mismo pues los demás no se van a comprometer contigo. Ahora les estoy demostrando a todos lo que es Omnilife. Jorge Vergara nos impulsa a crecer y nos demuestra que si salimos de la zona de confort nos encontramos con un mundo maravilloso. Nos impulsa a que nuestra cabeza no esté metida en el caos de todos los días, que uno puede llegar a romper sus propios límites; el hecho de que hoy mucha gente se anima cuando antes no se animaba a inscribirse es muestra de ello.
Tengo tan puesta la camiseta que a todos lados a donde voy me reconocen como parte de Omnilife. Ya hasta tengo la necesidad de hacerlo a tiempo completo y no privarme de nada, y ¡qué bueno que todo capitaliza y todo suma!, aunque llevo ya 18 años en mi trabajo. Que una persona que jamás en su vida me vio apueste por mí es increíble y hay que devolver esa generosidad en acciones.
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